Cuando iba de alumno al Colegio Público Pablo Sorozabal de Móstoles teníamos una hora de biblioteca a la semana. El ejercicio consistía en bajar en fila - o lo que pudiera considerarse una fila en niños de 11 y 12 años - para sentarnos a leer durante una hora. No había ningún requisito de lectura, podías seleccionar el título que quisieras de los que allí habían disponibles...y entre la lista de libros disponibles estaba la colección completa de Astérix y Obélix. Como os podéis imaginar, había cuasi batalla campal por conseguir alguno de los tomos de la colección y pasar la hora con risas. Y sí, yo también prefería leer un tebeo de los irreductibles galos a pasar una hora con algún clásico de la literatura universal - ya tendría tiempo más adelante en la vida, ¡qué leches! -.
Sí, sé que la colección realmente es sobre las aventuras de Astérix, pero yo siempre me sentí más como Obélix. Yo era un niño de cara redondita y sonrosada que buscaba caerse en una marmita que le diera poderes infinitos. Además Obélix sabía disfrutar bien de la vida, unos buenos trompazos a los locos romanos para coleccionar cascos, ir a cazar y comerse unos buenos jabalíes con los amigos. De corazón puro tenía un amor infinito por Falbalá. ¿Quién no se enamoraría de Falbalá? Esa chica rubia y buena que... al final no le correspondía. Pero hasta eso se tomó bien Obélix.
Figura 2: Obélix enamorado de Falbalá |
Con el fallecimiento de René Goscinny y lo mayor que se nos ha hecho Albert Uderzo - ahora tiene 88 años -, cada nueva aventura que hemos ido obteniendo ha sido un regalo para todos. Sí, tengo absolutamente todos los cómics de Astérix y Obélix, además de películas en VHS, merchandising y demás cosas relativas a estos personajes. Y por suerte, ya tenemos un nuevo tomo de Astérix y Obélix, aunque lógicamente con un nuevo equipo creativo que dicen haberse esmerado en cumplir con rigor los pasos necesarios para que todo buena aventura de estos héroes triunfe. Se garantiza que algún romano recibirá un manporro, que Asurancetourix no podrá cantar, que un pescado palpará la cara del algún galo en la batalla campal de turno y que al final habrá un gran banquete en el que todos - a excepción de los jabalíes - festejarán el estar unidos.
Figura 3: Uno de los muchos banquetes |
En la nueva historia, eso sí, la trama viene a ser un reflejo de nuestra sociedad actual, por lo que al igual que el gran Francisco Ibáñez decidió dedicar un cómic a "El Tesorero" para dejar constancia en la historia el sentir de la sociedad en la que vive y el histrionismo de la realidad por la que nos toca vadear, en esta aventura de Asterix, titulada "El papiro del César" la trama torna de forma satelital a todo lo sucedido con Wikileaks y Julian Assange.
Figura 4: El Papiro del César |
En este caso los intrépidos galos deberán ayudar a Doblepolémix, interesado en que se conozca que Julio César no dijo toda la verdad en su libro de La Guerra de las Galias, donde pudo haber ensalzado de más a los rivales tergiversando la realidad en provecho propio. Pero hay un papiro que demuestra la verdad.
Figura 5: Exposición del álbum 36 de Astérix |
Toda una trama que, tras la persecución que sufrió Wikileaks con el encierro en la embajada de Ecuador, o lo vivido con las filtraciones de Edward Snowden, seguro que muchos vamos a reconocer en las situaciones que en cada viñeta se vivan. Yo ya tengo encargado mi tomo para mi regreso a Madrid, pero también para ir a la exposición que desde ayer 22 de Octubre y hasta el próximo 30 de Noviembre se hace de 36 páginas originales de este álbum número 36 de nuestros héroes. La exposición está disponible en la Biblioteca Eugenio Trías de Madrid, así que si puedes, no te la pierdas.
Yo sigo sin perder la esperanza de que Obélix consiga con su corazón de Menhir, enamorar a Falbalá y quedarse con la chica. Creo en los finales felices.
Saludos Malignos!
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