Quede en primer lugar claro que yo actualmente trabajo en una empresa de telecomunicaciones, así que si alguien quiere anular el contenido de este artículo por eso mismo, que deje de leer aquí mismo. Trabajo en una empresa que está declarada como empresa de telecomunicaciones, y además también en Alemania, donde tenemos una operación grande dentro del grupo. Sin embargo, todo lo que pone en este artículo es opinión absoluta y completamente personal y al margen de cualquier posible interpretación de comentario o postura oficial. Esto lo único que quiere decir es que mi empresa podrá opinar igual o diferente ya que esto lo opino yo en mi blog personal para mis lectores.
La historia lleva ya años en los tribunales, ya que desde 2012 se demandó a Google para que registrase a su servicio Gmail de correo electrónico y añadidos, como servicio de Telecomunicaciones, algo que Google contestó alegando que ellos no transmitían señales, que no eran responsables de la red. Ahora la justicia alemana ha dicho que:
“Although Google for signal transmission not very own telecommunications networks, but the open Internet use is, the signal transmission nevertheless mostly attributable to their e-mail services in a judgmental-practical strategy.”
O lo que es lo mismo, que aunque no posean las redes, al desarrollarlo sobre las redes abiertas de Internet, en la práctica, la señal que se transmita por las redes en esos casos es mayormente atribuible a sus servicios de correo electrónico.
La atribución de esa señal de Internet a Gmail para convertirlo en un servicio de telecomunicaciones tiene una razón de ser práctica y entendible por muchos. Los servicios de telecomunicaciones están obligados a cumplir un reglamento nacional y europeo supercomplejo en cuanto a reglas de competencia, supervisión y control por parte de los países. Cuando sobre esas redes se monta un servicio de comunicaciones que hace exactamente lo mismo que el original - por ejemplo envío de señal de voz -, pero lo hace digitalizado y cifrado, se ha convertido en un servicio de comunicaciones sin tener que cumplir las obligaciones de los servicios de telecomunicaciones tradicionales.
Así, si la justicia de un país con un gobierno soberano elegido por los ciudadanos de ese país considera que debe aplicar una determinada acción amparada en la ley que ellos han votado y dictado para la regulación de los servicios de telecomunicaciones, esta no podrá ser de aplicación sobre la empresa que no está registrada como servicio de telecomunicaciones y la empresa que sí que está registrada como empresa de telecomunicaciones no podrá aplicarlo por imposibilidad técnica al estar cifrado todo el tráfico.
Por supuesto, a nadie se le escapa que si al final Europa empuja a Gmail a este sitio, los siguientes deberían ser Office 365, WhatsApp, Facebook, Telegram, Skype y cualquier otro servicio que dote a sus tecnologías de un canal de comunicaciones sobre Internet. Si nos ponemos estrictos, esto podría acabar hasta con los chats en los juegos, pero creo que la intención no es esa, sino de meter en la regulación a los servicios de comunicación masivos en la sociedad europea, que aún así sería una gran cantidad.
Esta sentencia del tribunal viene en un momento delicado en la sensibilidad europea, donde la gente está dispuesta a sacrificar un poco del derecho a la privacidad por el derecho a la vida, el derecho a la infancia u otros. A, como suelo decir yo, buscar el equilibrio en la defensa de todos los derechos fundamentales que se quieren tener y que a veces se pisan en las fronteras.
Por otro lado, el gran debate es el de la regulación de Internet o no. Dejar un Internet poco regulado puede favorecer la innovación por medio de la canivalización de un servicio en pro de otro más eficiente, más barato o mejor implementado. Pero, al mismo tiempo, al no existir una regulación mundial de nuestras sociedades esto puede ser catastrófico para los países.
El mundo capitalista utiliza a las empresas para la creación de riqueza en sus países. Para que las gentes de los países en que hay empresas puedan disfrutar de una vida digna y saludable. Por ello las empresas generan riqueza y pagan impuestos a los países, al igual que los trabajadores, para que haya servicios que favorezcan el bienestar de la sociedad. Así debería de ser en un mundo que funcione bien.
¿Quién debe ser el garante de nuestros derechos en sociedad?
Cuando una empresa de otro país genera un servicio en un país en el que no genera riquezas, haciéndolo eficiente a base de no pagar impuestos en esa sociedad, de no estar sujeto a una regulación de garantías del servicio en el país o de abaratarlo en base a quitar derechos a los trabajadores de ese servicio, entonces debemos plantearnos si es bueno o no para nosotros como sociedad.
Esto es solo una opinión personal que he defendido en el caso Uber. Un taxista trabaja un montón de horas como autónomo para pagar sus impuestos en este país, poder contar con sanidad pública, jubilación e incluso indemnización en caso de baja por enfermedad. Sobre eso, tienen que cumplir una regulación estricta en cuanto a calidad del servicio, control de la administración pública y pagan impuestos por su trabajo. Este difícil equilibrio permite que un taxista pueda llegar a tener una vida digna con derechos y obligaciones para con su sociedad.
Figura 3: 6 horas en Urgencias en USA por un dolor de Estomago: 12.000 USD O lo que es lo mismo, el coste de las matrículas de un GRADO Universitario en España |
Cuando llega una empresa como Uber que no paga impuestos en este país, que no paga por ninguno de los taxistas ningún seguro, impuesto o derecho, pueda abaratar sus costes. Así, su servicio puede ser mucho más barato, puede ahorrar en Seguros Sociales, puede ahorra en impuestos, puede ahorrar en bajas - si el conductor que usa Uber se pone enfermo es problema del conductor, no de Uber -, etc...
¿Quién gana con esto? A priori se puede ver que Uber gana, y algunos podrían pensar que el usuario del taxi que consigue un ahorro. Y es verdad, el usuario del coche de Uber consigue un ahorro a priori, pero si es un ciudadano de la sociedad, a largo plazo perderá porque si los ahorros vienen de los pagos a impuestos y cotizaciones a la seguridad social que hace la empresa, entonces a la larga tendrá menos servicios en su sociedad o que pagar más impuestos. En conclusión, solo gana Uber.
Figura 4: Coste anual en una universidad de Ohio y en la número 18 de New York |
Sí, sé que para muchos esta visión de nuestra sociedad será discutible. Es solo mi opinión. Es la opinión de alguien que estudio gracias a los servicios públicos de este país y que está agradecido eternamente a la Universidad Española por haberme dado la oportunidad de estudiar sin tener que pagar grandes cantidades de dinero.
Yo, como ciudadano tengo mi propia visión de la sociedad en la que quiero vivir y creo que debería ser una que garantice las condiciones mínimas de calidad de vida de todos los miembros de la sociedad. También estoy de acuerdo en premiar el esfuerzo y trabajo de sus miembros con sistemas de meritocracia, y que se debe fomentar la creación de innovación y riqueza de emprendimiento de los países.
¿Que Gmail sea marcado como un servicio de telecomunicaciones y le vayan a regular más? No creo que sea el fin del mundo. Hay muchas empresas que están marcadas como servicio de telecomunicaciones en Europa, la gran mayoría de ellas empresas europeas y la opinión pública no se ha rasgado las vestiduras por las normas que los países imponen a este sector. El que un servicio de telecomunicaciones vaya sobre VoIP, HTTP-s sobre 4G debía ser indiferente para la regulación y no olvidemos que Google piensa en hacer pasar todo el tráfico HTTP desde directamente el navegador con SPDY.
Saludos Malignos!
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