Como alguien que se tiene por un buen fan de Star Wars, no poder decir que la Trilogía ha sido la película que más ha visto en su vida, no es lo mejor. Tengo camisetas de Star Wars, más de 200 libros, más de 1.000 cómics, figuras y por supuesto mi casco de Darth Vader y un sable láser rojo oficial. De hecho, una de las penas de mi vida fue la pérdida de un llavero de Yoda que se me separó del aro de las llaves. Os juro que lo busqué y lo busqué pero no lo encontré. Soy un fan de Star Wars, tanto que para aprender a inglés decidí que lo iba a hacer leyendo libros en inglés de Star Wars, pero aún así no he podido cumplir un proceso de trabajo como se describía en "How I met your mother" de ver la trilogía cada cierto tiempo para garantizar que fuera la película que más veces he visto en mi vida.
He de confesar por contra que la película que más veces he visto en mi vida ha sido Frozen. Sí, a mí, como a otros como el gran Raúl Siles que nos puso la canción cantada por Elsa en la RootedCON 2015, Frozen me persigue a todas horas y por todas partes. La he visto en DVD, en BlueRay, en español, en inglés, en versión Sing Alone y "no sé cómo que sí se como", acabó instalada una app de Frozen en mi smartphone para poder cantar las canciones en cualquier idioma. La he visto tantas veces que me sé los guiones y he tenido auténticos debates filosóficos con mi "no-quiero-ser-hacker" de 7 años sobre ella.
Por supuesto, como ya os he contado alguna vez por Instagram, cuando visito una Disney Store, aunque yo tiro por Star Wars, siempre acabo en la sección Frozen. Soy tan buen cliente de Frozen como los demás que estáis en mi misma situación. De hecho, cuando pasé por New York en mi último viaje, acabé importando el traje de Anna de "Coronation Day" que aún no estaba disponible en España. Todos los regalos son de Frozen. Pendrives de Olaf, diarios, estuches y lapiceros para hacer deberes de Frozen, etc... Eso, a pesar de que todas las niñas quieren ser Elsa. Y de eso es lo que os quiero hablar. De como hay que guardar a Elsa en el armario y sacar a Anna a pasear en la vida.
Let it go, Let it go: La historia de Anna y Elsa
Si hay una canción de Frozen que marca la película, sin duda es Let it Go. La primera vez que la vi flipé por todo. La música, el montaje, la producción. Es tremenda. De hecho, a la gente que no había visto la película le decía "Es de flipar, mira el vídeo de la canción". Es brutal. Cuando llega esa parte de la película todas las niñas se ponen a cantar y a pisar sobre el suelo con el zapato de cristal imaginario a ver si surge el castillo. Es genial, pero justo representa el peor momento en la vida de Elsa y no debe significar nada positivo para ti sentirte como ella. De hecho, en ese momento crea a Olaf, desprendiéndose de su parte buena, y lo abandona en el bosque.
Figura 3: Suéltalo de Frozen, versión de Gisela para edición Español (Castillian)
Un día incluso grabé un vídeo cantando esta canción yendo en el coche con mi "no-quiero-ser-hacker" que creo que nunca verá la luz. Era su canción preferida y yo le he explicado muchas veces a mi "no-quiero-ser-hacker" que la protagonista de la historia no es Elsa, sino Anna. Y aunque ella lo entiende, me dijo una vez: "Si Anna es la protagonista... ¿por qué siempre pone Elsa y Anna y no Anna y Elsa?" Owned.
Realmente Elsa y Anna, a mi entender, son la misma persona bajo situaciones diferentes. Todas las personas son Elsa y Anna y en algún momento de su vida. Cuando Elsa está cantando Let it Go, está en su peor momento, aunque por fuera pueda parecer que está pletórica. Ha hecho daño a Anna. Ha guardado un secreto profundo durante años que no ha sabido afrontar y ha mentido a Anna constantemente. Sus padres decidieron ocultar sus poderes y ella, una vez que murieron sus padres, y durante muchos años más, siguió ocultándoselo a Anna. No supo abrirse a ella y afrontar su mentira. Guarda un secreto que no le permite relacionarse plenamente con su otra mitad. Con Anna. Por eso Anna se siente infeliz. Elsa no es capaz de confesarle a Anna el secreto en ningún momento y darse completamente, y tiene que ser por culpa de una situación de estrés el que Anna se entere del secreto de Elsa, de su carga emocional, de sus miedos.
En la película, cuando se produce esta situación, Elsa está más hundida y más perdida que nunca, y lo representan llevándolo justo al punto más alto de la isla. A la Montaña del Norte. Cuando Elsa está en los más alto es justo cuando peor está emocionalmente y los guionistas juegan con esto porque cuando liberan por fin a Elsa de su pesar es cuando está en lo más bajo de la isla, en el nivel del mar. Es un juego de caída emocional por el que Elsa deberá pasar para reencontrarse con su mitad de Anna. De lo más alto a lo más bajo. De lo peor a lo mejor de uno mismo. De hacerse daño a si mismo a amarse. Pasa de encerrarse y huir de sus seres queridos a aceptar los problemas y volver a estar con sus seres queridos y su casa. No se va, simplemente aprende a solucionar su problema.
Cuando está en lo más alto de la montaña se aísla sin enfrentar ningún problema. Realmente intenta huir de las personas y lugares, dejando los problemas sin resolver. Let the storm rage on. Intenta bloquear en su cabeza cualquier problema simplemente no afrontándolo. Pone un castillo alrededor suyo, pero no soluciona nada. De hecho, todo sigue igual en su interior. pero se ha olvidado de quién es. Tanto es así, que cuando Anna llega con Olaf, no se acuerda de haberlo creado. Solo está ignorando el problema, no lo está afrontando ni resolviendo. Y ahí canta Let it go.
Momentos Let it go
Desde pequeño yo tenía vocación por la enseñanza. Me gustaba dar clases. Me gustaba enseñar. Luego con 12 años descubrí con TRON la informática y las piezas fueron encajando. Quería aprender y enseñar informática. Lo tenía bastante claro. Di clases particulares durante muchos años, y cuando montamos Informática 64 era una empresa de Formación y Consultoria. Dar clases estaba en mi ADN.
Había dado ya algunas horas de clases, pero mi primer curso como profesor para una empresa fue de Microsoft Word 2000 nivel Básico. No fue un buen momento en mi vida. Me contrataron para dar un curso orientado a ofimática pura a un grupo de personas de una gran empresa. No recuerdo cuál era el grupo y yo tendría unos 24 años. Microsoft Word 2000 me resultaba muy sencillo. Me parecía casi evidente todo lo que tenía que dar. Tablas, gráficos, formateo de página, plantillas, etcétera. Cosas que para mí en aquel entonces eran evidentes después de llevar ya tiempo con paquetes ofimáticos.
Cuando llegó el primer día de clase y me puse a explicar las cosas, fui tan rápido y dejando tan poco tiempo a los alumnos para hacer los ejercicios que no conseguí hacer mi trabajo como formador. No conseguí transmitir conocimientos sino demostrar que yo me lo sabía. Lo hice mal. Por la tarde, después de la primera clase me llamaron para comunicarme que los alumnos habían pedido el cambio de profesor. Que no me querían.
Ese fue un momento crucial en mi vida, porque ahí lo que me salió fue un momento Let it Go. Me puse orgulloso, me fui a lo alto de mi propia Montaña del Norte y dije que yo no quería volver a trabajar con esa empresa. Que realmente yo no quería ser profesor, que no me gustaba dar clases ni enseñar, y que me iba. No sabían valorar mis conocimientos. Esto de dar clase a personas que tenían otro ritmo de aprendizaje no era para mí. No tenía porque aguantar más. Etcétera. "The past is in the past" debí pensar con solo eso años, pensando en cambiar de profesión.
La realidad es que no era así. Yo quería ser profesor desde pequeño, me gustaba ser profesor y tenía que afrontar mis miedos, aprender y volver a meterme en otro curso para disfrutar de una actividad profesional que he disfrutado durante años. Yo quería eso y tenía que superarlo. Tal vez ahora, con muchos años después suene hasta absurdo, pero estuve a punto de dedicarme a otra cosa y no montar Informática 64 solo por ese curso del que me echaron por no saber organizarlo. Me costó mucho, pero volví a intentarlo con otro dos semanas después, y aunque lo pasé fatal, todo salió muy bien.
Superado ese primer curso - recordad que era de Microsoft Word 2000 básico - tuve otros momentos similares en mi carrera donde tuve muchas dificultades y me hundí, me encerré en mi castillo de la montaña y pensé "Let it go". Cuando ya tenía bastante experiencia, me tocó un grupo difícil en un curso y tuve que irme porque no fui capaz de enlazar con ellos. Con este curso ya estaba Informática 64 funcionando bien, y pensé incluso en dejar la parte técnica y dedicarme a la gestión. Total, yo era el fundador de la ella y podría elegir. Gracias al destino, superé ese momento Let it go y me volví a meter a estudiar para continuar con mi trabajo.
También estuve a punto de dejarlo toco con otra prueba del destino. El trabajo era mucho, y había que seguir estudiando todos los días y casi todos los fines de semana. Sacrificando mucha vida personal con sus inevitables consecuencias. Y cuando empezaba con mis primeros cursos oficiales era tan duro el trabajo que acuñamos una frase para representar el sentimiento que teníamos para algunos en concreto "Pagaría por no ir". Estuve a punto de dejarlo y de decir que no para quedarme con cosas más sencillas. De hecho, una de las veces tuve que estudiar algo totalmente nuevo que no sabía ni qué leches era. Pensé: "Ni de coña, Let it go". Al final, me aprendí al detalle aquel Microsoft SharePoint 2001 y acabaría dando mis primeras conferencias con Microsoft.
Por supuesto, cuando di mi primera conferencia me dio Pánico. Lo pase fatal. Horrorosamente mal. Estuve sin dormir toda una noche dando vueltas por Valencia, como he contado muchas veces a mis amigos . "Yo no valgo para esto, me da pánico. Let it Go."
Lo cierto es que conseguir sacar a Anna y poner el coraje y el amor para superar esos momentos que para mí fueron muy duros en mi vida profesional ahora me parecen fáciles. Me parecen decisiones sencillas, pero no lo fueron.
Tuve un episodio de lo más tonto que me marcó mucho el carné de conducir y con el carné de moto. Cuando tenía 17 años y me iba a trabajar con mi padre, yo aprendí a conducir la Nissan Vanette familiar. Empecé moviéndola de una plaza de aparcamiento a otra más cercana al portal donde estuviéramos trabajando para que fuera más fácil cargar y descargar el material, para luego hacer "Sin carné" desplazamientos más o menos largos en zonas más o menos controladas. Cuando llegó la hora de sacarse el carné de conducir aprobé la parte teórica en una semana y a la primera. Sin embargo, el práctico lo suspendí tres veces antes de conseguir aprobarlo a la cuarta.
Cuando estaba recién llegado de suspender el tercer examen práctico, decidí que no me iba a examinar más. Que se acabó, que realmente no necesitaba sacarme el carné todavía y que lo mejor era dejarlo ir. Let it go. Hice una lista en mi cabeza de los pros de no sacarme el carné de conducir en ese momento, pero realmente estaba intentando crearme mi castillo de Elsa en la montaña. Al final, mi madre haciendo de Anna y ganándose muchas discusiones conmigo - Yo defendía que lo mejor para mí era estar en la Montaña del Norte en mi castillito - me consiguió sacar para ir a examinarme una vez más y aprobar.
Pero me dejé el carné de moto. Le cogí tanto miedo que tardé 12 años en tener el valor de sacarme el carné de conducir de motocicletas. Para ello, sin decir nada a nadie, me apunté a clases y fui solo durante semanas a aprender. Al final conseguí superar ese miedo de muy mayor. Diréis que es una tontería. Sí. Para mucha gente los problemas que uno tiene dentro, y lo que le lleva a meterse en su castillo puede parecer una tontería, pero no lo es. Me pasé años diciendo eso de "las motos no me gustan", cuando realmente tenía otro miedo dentro. Ahora estoy pensando en comprarme una.
En el mundo de la empresa, los momentos en los que he pensado en dejarlo, en tirar la toalla, en que he pensado que lo mejor era cerrar Informática 64 y Let it go, fueron muchos. Con ya bastante experiencia en todos los campos pude irme a muchas empresas. Irme a otros países. Todos esos momentos difíciles, que fueron muchos y complicados, en los que pensé que no merecía la pena lo que estaba pasando por ese sueño me hicieron estar a punto de tirar la capa y encerrarme. Pero alguna Anna dentro de mí me empujó a seguir e intentar trepar por la montaña esquivando a los lobos. Esa Anna dentro de mí ha hecho que no sea de los que tiran la toalla fácilmente cuando tengo un sueño, y sea capaz de arriesgar todo por salvar a Elsa, vengan los problemas que vengan.
Hoy en día recibo muchos correos - más de los que puedo responder - y algunos son de chicos y chicas que quieren, por ejemplo, dejar la universidad porque "muchas excusas para hacerse su castillo" y que lo mejor es Let it Go y seguir con otra ruta profesional. Las excusas suelen ser cosas tan justificadas como: no se aprende nada, es todo muy antiguo, no puedo con las matemáticas o la química, no valgo para esto, etc... Argumentos para construir un bonito castillo. Ni mucho menos. Si en el trabajo, en tus estudios o en tu vida personal tienes problemas que te cuesta superar, no huyas. No dejes que Elsa gobierne tu vida. No hagas Let it go. Saca a Anna y sube a buscar a Elsa en su castillo.
En mi vida personal también he pasado por ellos, como todo ser humano. Muchos momentos en los que he cometido errores, tomado malas decisiones e incluso me he encerrado en mi castillo cantando mi Let it go personal. Son muchos momentos en los que como toda persona, en lugar de afrontar los problemas, la realidad, o mis circunstancias, he optado por subirme a mi Montaña del Norte, ponerme el gorro, y cantar el Let it go. Listo. Y momentáneamente, o a lo largo de un tiempo, funciona. Pero hay que sacar a Anna y luchar por lo que quieres.
No dejes que el miedo controle tu vida
Para Eleven Paths le pedía Eve Mae que nos hiciera unas ilustraciones para poner unos vinilos, estas navidades nos los ponen por fin, y yo elegí el vinilo de Frozen, para tener a Anna cerca. La frase que lleva el vinilo es la que creo que da sentido a la película:
Elsa se ha convertido en un monstruo representado por el gigante de hielo y ha matado su mitad buena helándole el corazón, pero Anna - que es la auténtica protagonista de la historia - no va a dejar que el miedo gobierne su vida ni la de Elsa. Ella ha encontrado a Olaf, que es la parte buena y blandita de Elsa. Es la otra parte del monstruo de hielo. Al final, Anna se juega todo otra vez por Elsa, para perder todo lo que tenía. Su vida. Y es en ese momento, cuando Elsa se da cuenta de que por no afrontar sus problemas y sus miedos ha matado su parte buena. Su parte valiente, su parte con coraje. Y llora de amor por Anna, consiguiendo salvarla y salvarse.
¡Qué pedazo de epopeya! Sí, Anna, la chica sin poderes es la que merece la pena en ti. La parte buena que no se rinde ante los problemas, la que no se encierra en un castillo en las montañas, se pone altiva y elegante para sin afrontar los sus miedos, sus problemas, sus errores, sus fallos, sus mentiras. Anna no tienen nada comparada a Elsa, que tiene una buena posición y es poderosa, al fin y al cabo es la reina de su mundo. No necesita a nadie.
En la vida te van a tocar muchos problemas difíciles. En el entorno laboral con compañeros o amigos y personas queridas que te hacen daño. Personas emprendedoras que ven como su startup se les va de la manos y no saben cómo seguir con ella porque les ahoga la financiación, estudiantes con suspensos en la universidad que se convierten en "esta carrera no me gusta, mejor me cambio", o situaciones en tu vida personal que te duelen más de lo que puedes superar. En esos momentos no digas Let it go. Al contrario, afronta la escalada por la Montaña del Norte y prepárate a trepar, prepárate a saltar desde el precipicio si hace falta, y a sufrir los ataques que te puedan venir de cualquier monstruo que Elsa prepare para ti. No será fácil, pero esquivar los problemas no es el camino, afrontarlos y superarlos sí, aunque sea un camino muy duro.
Por eso yo estoy enamorado de Anna y no de Elsa.
Saludos Malignos!
Figura 1: Por qué debe triunfar Anna y no Elsa |
He de confesar por contra que la película que más veces he visto en mi vida ha sido Frozen. Sí, a mí, como a otros como el gran Raúl Siles que nos puso la canción cantada por Elsa en la RootedCON 2015, Frozen me persigue a todas horas y por todas partes. La he visto en DVD, en BlueRay, en español, en inglés, en versión Sing Alone y "no sé cómo que sí se como", acabó instalada una app de Frozen en mi smartphone para poder cantar las canciones en cualquier idioma. La he visto tantas veces que me sé los guiones y he tenido auténticos debates filosóficos con mi "no-quiero-ser-hacker" de 7 años sobre ella.
Figura 2: Raúl Siles poniendo la canción de "Let it Go" en RootedCON 2015 |
Por supuesto, como ya os he contado alguna vez por Instagram, cuando visito una Disney Store, aunque yo tiro por Star Wars, siempre acabo en la sección Frozen. Soy tan buen cliente de Frozen como los demás que estáis en mi misma situación. De hecho, cuando pasé por New York en mi último viaje, acabé importando el traje de Anna de "Coronation Day" que aún no estaba disponible en España. Todos los regalos son de Frozen. Pendrives de Olaf, diarios, estuches y lapiceros para hacer deberes de Frozen, etc... Eso, a pesar de que todas las niñas quieren ser Elsa. Y de eso es lo que os quiero hablar. De como hay que guardar a Elsa en el armario y sacar a Anna a pasear en la vida.
Let it go, Let it go: La historia de Anna y Elsa
Si hay una canción de Frozen que marca la película, sin duda es Let it Go. La primera vez que la vi flipé por todo. La música, el montaje, la producción. Es tremenda. De hecho, a la gente que no había visto la película le decía "Es de flipar, mira el vídeo de la canción". Es brutal. Cuando llega esa parte de la película todas las niñas se ponen a cantar y a pisar sobre el suelo con el zapato de cristal imaginario a ver si surge el castillo. Es genial, pero justo representa el peor momento en la vida de Elsa y no debe significar nada positivo para ti sentirte como ella. De hecho, en ese momento crea a Olaf, desprendiéndose de su parte buena, y lo abandona en el bosque.
Un día incluso grabé un vídeo cantando esta canción yendo en el coche con mi "no-quiero-ser-hacker" que creo que nunca verá la luz. Era su canción preferida y yo le he explicado muchas veces a mi "no-quiero-ser-hacker" que la protagonista de la historia no es Elsa, sino Anna. Y aunque ella lo entiende, me dijo una vez: "Si Anna es la protagonista... ¿por qué siempre pone Elsa y Anna y no Anna y Elsa?" Owned.
Realmente Elsa y Anna, a mi entender, son la misma persona bajo situaciones diferentes. Todas las personas son Elsa y Anna y en algún momento de su vida. Cuando Elsa está cantando Let it Go, está en su peor momento, aunque por fuera pueda parecer que está pletórica. Ha hecho daño a Anna. Ha guardado un secreto profundo durante años que no ha sabido afrontar y ha mentido a Anna constantemente. Sus padres decidieron ocultar sus poderes y ella, una vez que murieron sus padres, y durante muchos años más, siguió ocultándoselo a Anna. No supo abrirse a ella y afrontar su mentira. Guarda un secreto que no le permite relacionarse plenamente con su otra mitad. Con Anna. Por eso Anna se siente infeliz. Elsa no es capaz de confesarle a Anna el secreto en ningún momento y darse completamente, y tiene que ser por culpa de una situación de estrés el que Anna se entere del secreto de Elsa, de su carga emocional, de sus miedos.
Figura 4: Sección Frozen en Disney Store. Traje de Coronation Day, Traje de Fever de Anna, zapatos de Elsa, muñecas, etc, etc, etc. |
En la película, cuando se produce esta situación, Elsa está más hundida y más perdida que nunca, y lo representan llevándolo justo al punto más alto de la isla. A la Montaña del Norte. Cuando Elsa está en los más alto es justo cuando peor está emocionalmente y los guionistas juegan con esto porque cuando liberan por fin a Elsa de su pesar es cuando está en lo más bajo de la isla, en el nivel del mar. Es un juego de caída emocional por el que Elsa deberá pasar para reencontrarse con su mitad de Anna. De lo más alto a lo más bajo. De lo peor a lo mejor de uno mismo. De hacerse daño a si mismo a amarse. Pasa de encerrarse y huir de sus seres queridos a aceptar los problemas y volver a estar con sus seres queridos y su casa. No se va, simplemente aprende a solucionar su problema.
Figura 5: Momento final en el que Elsa por fin vuelve a sentir en su corazón y vuelve a amar |
Cuando está en lo más alto de la montaña se aísla sin enfrentar ningún problema. Realmente intenta huir de las personas y lugares, dejando los problemas sin resolver. Let the storm rage on. Intenta bloquear en su cabeza cualquier problema simplemente no afrontándolo. Pone un castillo alrededor suyo, pero no soluciona nada. De hecho, todo sigue igual en su interior. pero se ha olvidado de quién es. Tanto es así, que cuando Anna llega con Olaf, no se acuerda de haberlo creado. Solo está ignorando el problema, no lo está afrontando ni resolviendo. Y ahí canta Let it go.
- "Pero ahí es cuando más guapa se ve"Siempre con preguntas difíciles. Como todos en la vida, yo he pasado mis momentos Let it Go tanto en la vida personal como en la profesional. Recuerdo muchos de estos, pero os voy a contar algunos en los que yo he intentado auto-convencerme de que lo mejor era "Let it go" y la realidad era simplemente que no quería afrontar los problemas porque me daba miedo fracasar otra vez. Fracaso es lo que lleva a Elsa aislarse en su castillo. Ha fracasado muchas veces y no quiere intentarlo más, pero realmente ella no quería "Let it go".
. - "Sí, pero eso es porque no quiere ver lo que hay dentro de sí, y pone un disfraz muy bonito para calmarse cuando se mira al espejo. Para ver algo bonito y no el pesar que lleva dentro."
Momentos Let it go
Desde pequeño yo tenía vocación por la enseñanza. Me gustaba dar clases. Me gustaba enseñar. Luego con 12 años descubrí con TRON la informática y las piezas fueron encajando. Quería aprender y enseñar informática. Lo tenía bastante claro. Di clases particulares durante muchos años, y cuando montamos Informática 64 era una empresa de Formación y Consultoria. Dar clases estaba en mi ADN.
Había dado ya algunas horas de clases, pero mi primer curso como profesor para una empresa fue de Microsoft Word 2000 nivel Básico. No fue un buen momento en mi vida. Me contrataron para dar un curso orientado a ofimática pura a un grupo de personas de una gran empresa. No recuerdo cuál era el grupo y yo tendría unos 24 años. Microsoft Word 2000 me resultaba muy sencillo. Me parecía casi evidente todo lo que tenía que dar. Tablas, gráficos, formateo de página, plantillas, etcétera. Cosas que para mí en aquel entonces eran evidentes después de llevar ya tiempo con paquetes ofimáticos.
Cuando llegó el primer día de clase y me puse a explicar las cosas, fui tan rápido y dejando tan poco tiempo a los alumnos para hacer los ejercicios que no conseguí hacer mi trabajo como formador. No conseguí transmitir conocimientos sino demostrar que yo me lo sabía. Lo hice mal. Por la tarde, después de la primera clase me llamaron para comunicarme que los alumnos habían pedido el cambio de profesor. Que no me querían.
Ese fue un momento crucial en mi vida, porque ahí lo que me salió fue un momento Let it Go. Me puse orgulloso, me fui a lo alto de mi propia Montaña del Norte y dije que yo no quería volver a trabajar con esa empresa. Que realmente yo no quería ser profesor, que no me gustaba dar clases ni enseñar, y que me iba. No sabían valorar mis conocimientos. Esto de dar clase a personas que tenían otro ritmo de aprendizaje no era para mí. No tenía porque aguantar más. Etcétera. "The past is in the past" debí pensar con solo eso años, pensando en cambiar de profesión.
La realidad es que no era así. Yo quería ser profesor desde pequeño, me gustaba ser profesor y tenía que afrontar mis miedos, aprender y volver a meterme en otro curso para disfrutar de una actividad profesional que he disfrutado durante años. Yo quería eso y tenía que superarlo. Tal vez ahora, con muchos años después suene hasta absurdo, pero estuve a punto de dedicarme a otra cosa y no montar Informática 64 solo por ese curso del que me echaron por no saber organizarlo. Me costó mucho, pero volví a intentarlo con otro dos semanas después, y aunque lo pasé fatal, todo salió muy bien.
Superado ese primer curso - recordad que era de Microsoft Word 2000 básico - tuve otros momentos similares en mi carrera donde tuve muchas dificultades y me hundí, me encerré en mi castillo de la montaña y pensé "Let it go". Cuando ya tenía bastante experiencia, me tocó un grupo difícil en un curso y tuve que irme porque no fui capaz de enlazar con ellos. Con este curso ya estaba Informática 64 funcionando bien, y pensé incluso en dejar la parte técnica y dedicarme a la gestión. Total, yo era el fundador de la ella y podría elegir. Gracias al destino, superé ese momento Let it go y me volví a meter a estudiar para continuar con mi trabajo.
También estuve a punto de dejarlo toco con otra prueba del destino. El trabajo era mucho, y había que seguir estudiando todos los días y casi todos los fines de semana. Sacrificando mucha vida personal con sus inevitables consecuencias. Y cuando empezaba con mis primeros cursos oficiales era tan duro el trabajo que acuñamos una frase para representar el sentimiento que teníamos para algunos en concreto "Pagaría por no ir". Estuve a punto de dejarlo y de decir que no para quedarme con cosas más sencillas. De hecho, una de las veces tuve que estudiar algo totalmente nuevo que no sabía ni qué leches era. Pensé: "Ni de coña, Let it go". Al final, me aprendí al detalle aquel Microsoft SharePoint 2001 y acabaría dando mis primeras conferencias con Microsoft.
Por supuesto, cuando di mi primera conferencia me dio Pánico. Lo pase fatal. Horrorosamente mal. Estuve sin dormir toda una noche dando vueltas por Valencia, como he contado muchas veces a mis amigos . "Yo no valgo para esto, me da pánico. Let it Go."
Lo cierto es que conseguir sacar a Anna y poner el coraje y el amor para superar esos momentos que para mí fueron muy duros en mi vida profesional ahora me parecen fáciles. Me parecen decisiones sencillas, pero no lo fueron.
Tuve un episodio de lo más tonto que me marcó mucho el carné de conducir y con el carné de moto. Cuando tenía 17 años y me iba a trabajar con mi padre, yo aprendí a conducir la Nissan Vanette familiar. Empecé moviéndola de una plaza de aparcamiento a otra más cercana al portal donde estuviéramos trabajando para que fuera más fácil cargar y descargar el material, para luego hacer "Sin carné" desplazamientos más o menos largos en zonas más o menos controladas. Cuando llegó la hora de sacarse el carné de conducir aprobé la parte teórica en una semana y a la primera. Sin embargo, el práctico lo suspendí tres veces antes de conseguir aprobarlo a la cuarta.
Cuando estaba recién llegado de suspender el tercer examen práctico, decidí que no me iba a examinar más. Que se acabó, que realmente no necesitaba sacarme el carné todavía y que lo mejor era dejarlo ir. Let it go. Hice una lista en mi cabeza de los pros de no sacarme el carné de conducir en ese momento, pero realmente estaba intentando crearme mi castillo de Elsa en la montaña. Al final, mi madre haciendo de Anna y ganándose muchas discusiones conmigo - Yo defendía que lo mejor para mí era estar en la Montaña del Norte en mi castillito - me consiguió sacar para ir a examinarme una vez más y aprobar.
Pero me dejé el carné de moto. Le cogí tanto miedo que tardé 12 años en tener el valor de sacarme el carné de conducir de motocicletas. Para ello, sin decir nada a nadie, me apunté a clases y fui solo durante semanas a aprender. Al final conseguí superar ese miedo de muy mayor. Diréis que es una tontería. Sí. Para mucha gente los problemas que uno tiene dentro, y lo que le lleva a meterse en su castillo puede parecer una tontería, pero no lo es. Me pasé años diciendo eso de "las motos no me gustan", cuando realmente tenía otro miedo dentro. Ahora estoy pensando en comprarme una.
En el mundo de la empresa, los momentos en los que he pensado en dejarlo, en tirar la toalla, en que he pensado que lo mejor era cerrar Informática 64 y Let it go, fueron muchos. Con ya bastante experiencia en todos los campos pude irme a muchas empresas. Irme a otros países. Todos esos momentos difíciles, que fueron muchos y complicados, en los que pensé que no merecía la pena lo que estaba pasando por ese sueño me hicieron estar a punto de tirar la capa y encerrarme. Pero alguna Anna dentro de mí me empujó a seguir e intentar trepar por la montaña esquivando a los lobos. Esa Anna dentro de mí ha hecho que no sea de los que tiran la toalla fácilmente cuando tengo un sueño, y sea capaz de arriesgar todo por salvar a Elsa, vengan los problemas que vengan.
Hoy en día recibo muchos correos - más de los que puedo responder - y algunos son de chicos y chicas que quieren, por ejemplo, dejar la universidad porque "muchas excusas para hacerse su castillo" y que lo mejor es Let it Go y seguir con otra ruta profesional. Las excusas suelen ser cosas tan justificadas como: no se aprende nada, es todo muy antiguo, no puedo con las matemáticas o la química, no valgo para esto, etc... Argumentos para construir un bonito castillo. Ni mucho menos. Si en el trabajo, en tus estudios o en tu vida personal tienes problemas que te cuesta superar, no huyas. No dejes que Elsa gobierne tu vida. No hagas Let it go. Saca a Anna y sube a buscar a Elsa en su castillo.
Figura 6: Ilustración de Eve Mae para mi despacho en Eleven Paths |
En mi vida personal también he pasado por ellos, como todo ser humano. Muchos momentos en los que he cometido errores, tomado malas decisiones e incluso me he encerrado en mi castillo cantando mi Let it go personal. Son muchos momentos en los que como toda persona, en lugar de afrontar los problemas, la realidad, o mis circunstancias, he optado por subirme a mi Montaña del Norte, ponerme el gorro, y cantar el Let it go. Listo. Y momentáneamente, o a lo largo de un tiempo, funciona. Pero hay que sacar a Anna y luchar por lo que quieres.
No dejes que el miedo controle tu vida
Para Eleven Paths le pedía Eve Mae que nos hiciera unas ilustraciones para poner unos vinilos, estas navidades nos los ponen por fin, y yo elegí el vinilo de Frozen, para tener a Anna cerca. La frase que lleva el vinilo es la que creo que da sentido a la película:
"Are you really let the fear control your life?"Anna en la película no tiene poderes, ha sido traicionada por Elsa, ha sufrido primero el daño de Elsa sin querer de pequeña, luego ha sido engañada durante largo tiempo y aún así, cuando Elsa "baja a sus infiernos" y dice Let it go, ella sube a la montaña jugándose todo. De hecho, Elsa le ataca, le hiela el corazón y la expulsa de su vida sacando lo más duro y poderoso que tiene. Proyecta de ella a un monstruo de hielo que intenta matar a Anna y casi lo consigue, pues acaban cayendo por un precipicio. Elsa, lucha a muerte contra Anna.
Elsa se ha convertido en un monstruo representado por el gigante de hielo y ha matado su mitad buena helándole el corazón, pero Anna - que es la auténtica protagonista de la historia - no va a dejar que el miedo gobierne su vida ni la de Elsa. Ella ha encontrado a Olaf, que es la parte buena y blandita de Elsa. Es la otra parte del monstruo de hielo. Al final, Anna se juega todo otra vez por Elsa, para perder todo lo que tenía. Su vida. Y es en ese momento, cuando Elsa se da cuenta de que por no afrontar sus problemas y sus miedos ha matado su parte buena. Su parte valiente, su parte con coraje. Y llora de amor por Anna, consiguiendo salvarla y salvarse.
¡Qué pedazo de epopeya! Sí, Anna, la chica sin poderes es la que merece la pena en ti. La parte buena que no se rinde ante los problemas, la que no se encierra en un castillo en las montañas, se pone altiva y elegante para sin afrontar los sus miedos, sus problemas, sus errores, sus fallos, sus mentiras. Anna no tienen nada comparada a Elsa, que tiene una buena posición y es poderosa, al fin y al cabo es la reina de su mundo. No necesita a nadie.
En la vida te van a tocar muchos problemas difíciles. En el entorno laboral con compañeros o amigos y personas queridas que te hacen daño. Personas emprendedoras que ven como su startup se les va de la manos y no saben cómo seguir con ella porque les ahoga la financiación, estudiantes con suspensos en la universidad que se convierten en "esta carrera no me gusta, mejor me cambio", o situaciones en tu vida personal que te duelen más de lo que puedes superar. En esos momentos no digas Let it go. Al contrario, afronta la escalada por la Montaña del Norte y prepárate a trepar, prepárate a saltar desde el precipicio si hace falta, y a sufrir los ataques que te puedan venir de cualquier monstruo que Elsa prepare para ti. No será fácil, pero esquivar los problemas no es el camino, afrontarlos y superarlos sí, aunque sea un camino muy duro.
Figura 7: Un Tron informático y una Anna feliz |
Por eso yo estoy enamorado de Anna y no de Elsa.
Saludos Malignos!
No comments:
Post a Comment